Partiendo de una mantequilla totalmente casera y artesana, elaboramos una manteca dulce de café en proporción controlada para equilibrar el plato y contrastada con un helado de praliné de avellanas. Se trata de una textura cremosa-pomada que por lo general en la pastelería tradicional se utiliza mucho en temperatura fría con lo cual queda más compacta en boca. El contraste gustativo y fresco lo aporta unas trufas heladas al calvados con cobertura Manjari al 64% de cacao.
jueves, 30 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Nice Blog :)
Magnífico postre, empapizador de arterias (por la grasa). Es el único de los que tienes ahora mismo que puede hacerse un poco pesado para seres etéreos y almas delicadas (vive dios que no me encuentro entre ellas, así que peco sin medida con este postre cuando puedo....)
FN1.
¡¡¡OEH, OEH, OEH, OEEEHHH, OEEEHHH!!! Es lo que se merece este postre. Como diría Jezulín: En 2 palabras: IM PRESIONANTE. :-))
Muchas gracias Toni y FN1, ya sabéis que esto es un de esos pequeños homenajes que le hago al 'colesterol' :)
Publicar un comentario