Partiendo de uno de mis pescados preferidos, los salmonetes de tresmallo, con toda su personalidad e intensidad de sabor, hago un contraste un poco “arriesgado” al acompañarlo de una pasta concentrada de anchoa y oliva negra. El plato lo completo con un jugo elaborado con las espinas tostadas del pescado y con un majado hecho con sus higadillos. El toque de menta poleo dentro del jugo refresca el conjunto del plato.
jueves, 5 de julio de 2007
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4 comentarios:
Me han gustado muchísimo, pero muy a tu pesar he dejado en el plato "su carnet de identidad". Da igual el pescado, no soporto la piel. Es un delito, pero ...
Jajajajaja......me hace gracia anónimo, yo intento transmitir mis pasiones gastronomicas pero esta claro que el gusto personal de cada uno es intocable. Carajo!!!.....pero si la piel del salmonete es como papel de fumar!!! ;-)
Estimado Pedro, recien descubro tu blog y me tienes a estas horas colgado y sin dormir.. en fin, felicidades de un gallego de buen diente.
Lo del salmonete, arriesgado, pero con un aspecto exquisito... pero no quiero imaginarme lo que puede suponer hacer un filete de un salmonete, por otra parte uno de mis favoritos y grandes como te gustan a ti.
Haré un viajecito para catarlos... piel incluida
Manolo
Gracias Manolo, no te pienses que es dificil filetear un salmonete, procuro siempre comprarlos lo mas grandes posibles. Los espinas interiores son las que cuesta sacar un poco mas, pero merece la pena el resultado final.
Cuando quieras te esperamos con 'los salmonetes abiertos' ;-)
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